Hoy en la puerta del cole, mientras esperaba entre la
marabunta la salida de los monstruitos, he tenido un flashback. Una madre, con
todo su afán, le decía a la profe de la puerta " ¿que tal el examen?,
porque ayer estudiamos mucho y realmente nos esforzamos" lo que la
profesora le respondió no tiene relevancia ahora. Pero si la pregunta de la
madre y la aclaración de las circunstancias acontecidas.
Me vino una reminiscencia de los 70's. Cuando las madres, casi todas, eran eso, madres, amas de casa, profesoras, amantes y todo lo que se requiriese de ellas.
Hace gracia que pasados 40 años y todo un proceso democrático, para obtener igualdades, la cosa no haya cambiado mucho. Y es que en realidad os vendieron la moto (a partir de aquí hablaré en plural, puesto que en los tiempos que vivimos nos atañe a ambos sexos). Nos vendieron eso que, políticamente, suena súper bien "conciliación laboral y familiar", y que como todo lo que idean esos, que están sentados, y que cobran por pensar, es una cagada!!.
La realidad se traduce en que es imposible ser madre/padre de un hij@ y tener una carrera profesional. Siempre alguna de las dos obligaciones, se resiente si te esfuerzas en la otra. Acabas siendo un pésimo tutor o un pésimo profesional… o peor aún, ambas cosas.
Nuestra realidad se traduce en un sistema educativo que hace aguas por todos los lados, donde los docentes son una de las notas más bajas de selectividad, y donde opositan persona
buscando una seguridad laboral con buenas vacaciones, buen horario, y en la mayoría de los casos sin ninguna vocación.
Me vino una reminiscencia de los 70's. Cuando las madres, casi todas, eran eso, madres, amas de casa, profesoras, amantes y todo lo que se requiriese de ellas.
Hace gracia que pasados 40 años y todo un proceso democrático, para obtener igualdades, la cosa no haya cambiado mucho. Y es que en realidad os vendieron la moto (a partir de aquí hablaré en plural, puesto que en los tiempos que vivimos nos atañe a ambos sexos). Nos vendieron eso que, políticamente, suena súper bien "conciliación laboral y familiar", y que como todo lo que idean esos, que están sentados, y que cobran por pensar, es una cagada!!.
La realidad se traduce en que es imposible ser madre/padre de un hij@ y tener una carrera profesional. Siempre alguna de las dos obligaciones, se resiente si te esfuerzas en la otra. Acabas siendo un pésimo tutor o un pésimo profesional… o peor aún, ambas cosas.
Nuestra realidad se traduce en un sistema educativo que hace aguas por todos los lados, donde los docentes son una de las notas más bajas de selectividad, y donde opositan persona
buscando una seguridad laboral con buenas vacaciones, buen horario, y en la mayoría de los casos sin ninguna vocación.
Han pensado que no tenemos bastante con tener que trabajar
todo el día, ahora también, bajo el lema de “todos participamos en la educación
de nuestros hij@s” te conviertes en profesor por las tardes, escolarizas la
casa, y dejas tus obligaciones para ejercer de profesor. Y todo esto, porque los responsables del “cotarro”
se han propuesto no cambiar los objetivos curriculares desde que” francisquito”
nos daba “leña”, es más, en todo caso los suben….claro hay que estar a la
altura de Europa!!, que digo de Europa….del mundo!!!
Para ello, lo mejor….. hacer unos niños en series que sean súper
de todo, deportistas, poliglotas, matemáticos, científicos y un larguísimo etc.
Aunque eso se traduzca en que no tengan un mínimo de tiempo para “no hacer
nada”, espacio que da para pensar, reflexionar, observar, compartir, aprender y
sobre todo descansar. Del cole a las
actividades (merienda en el coche por el trayecto) de actividades a deberes,
ducha, cena, dormir y…… vuelta a empezar…bufffff (día de la marmota)
A lo que iba que me disperso…. Así que ya no somos tutores
de nuestros hij@s, sino que ahora en la madurez, y sin haberlo querido, resulta
que hemos opositado, y mira tú!!! Hasta hemos aprobado la plaza de docente!!!
Claro que a mí, aun, no me han abonado ninguna nómina por eso…supongo están en
ello.
Yo, con mi poco
criterio, creo que les toca a ellos, al cuerpo docente, enseñar a mis hij@s.
Para ello se formaron y cobran. Me parece una falta de profesionalidad que
deriven sus responsabilidades en
nosotros los padres. Que si…..que si….. que nosotros estamos para educar a
nuestros hij@s!! Que eso nadie nos lo
quita, (ni queremos que nos lo quiten) pero una cosa es educar en valores, en
socialización, etc… y otra muy distinta convertirte en profesor por las tardes
para que tu hij@ alcance el nivel que se ha propuesto su tutor en el cole.
Ahora es cuando algún docente, que esté leyendo esto, piensa
… “no queremos que os convirtáis en profesores, sino que apoyéis un poco en
casa la materia, para crear hábito” y es cuando yo le digo….¡¡¡¡y una
mierda!!!!!
Mañana, sin falta, le diré a mis cocineras, cuando terminen
su jornada laboral, que se lleven un saquito de patatas a su casa y mientras
ven la tele que las vayan pelando….. eyyyy… que yo no quiero que se lleven
trabajo a casa ehhh… es solo para que no pierdan el hábito!!!
Tal y como yo lo veo, aquí solo queda una solución, que cada
uno asuma su responsabilidad y busque estrategias para llevarla a cabo. Sin
derivar en los demás sus obligaciones. No podemos, NI DEBEMOS estar pagando
clases de inglés o de apoyo externas, NO DEBEMOS escolarizar la casa, NO
DEBEMOS tener conflictos familiares por lo que otros no son capaces de hacer en
su trabajo.
Si algo nos le funciona y digo funciona, remitiéndome al
rendimiento de los niñ@s en las aulas, que cambien de estrategia, de sistema,
de forma. Que aprendan a despertar el interés del niñ@ por su materia. Pero por
dios!!! Que hagan algo, que no sea echar la responsabilidad a los padres!!! Me
niego a tener que pelearme con mis hij@s todos los días para que hagan los
deberes, su jornada estudiantil es de 8 horas y dos días de descanso, como la
de cualquiera, y empieza a las 9:00 y acaba a las 17:00, no se prolonga hasta
las 21:00 o por lo menos no se debería de prolongar.
Bueno…al final, todo se remite a lo que ya decía el
principio, nos vendieron la moto de “conciliación laboral y familiar” y lo peor es, que nos la creímos.
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